"El Camino a la Realidad", de Roger Penrose, con ese título podría ser un libro pseudo-esotérico con "las claves del conocimiento supremo de la realidad absoluta", o "cómo acceder a la Realidad por el Único Camino", o algo por el estilo, que abunda mucho en las librerías. El subtítulo de la obra "Una guía completa de las leyes del Universo" no nos saca demasido de dudas sobre si se trata de una obra científica o un manual de comportamiento sideral.
Pasemos al contenido, veamos algunos de sus epígrafes, que nos podrían recodar más a obras clásicas de la Fantasía (JRR Tolkien, CS Lewis o Terry Pratchett, con sus imaginarias cosmologias), que a una sesuda obra matemática. Epígrafes de contenido tan sugerente y hasta poético como:
1.1. La búsqueda de las fuerzas que configuran el mundo 1.4. Tres mundos y tres profundos misterios 4.1 El número mágico "i" 16 La escalera del infinito 17.8 El abandono del tiempo absoluto 21.8 Los misteriosos "saltos cuánticos" 27.8 Agujeros negros 28.4 Cosmología inflacionaria 31.10 ¿Por qué no vemos las dimensiones espaciales extra? 34.6 ¿Qué es la realidad? 34.9 Belleza y milagros 34.10 Preguntas profundas respondidas, preguntas más profundas planteadas
Y es que existe entre nosotros una demanda real de explicaciones, científicas, pseudocientíficas o sencillamente maravillosas, sobre el funcionamiento y composición del Universo. Roger Penrose, matemático y físico de prestigio, nos ofrece en este "monumento del conocimento" un repaso desde Ptolomeo hasta la antimateria, pasando por Galileo, Kepler, Newton,Einstein y lafísica cuántica; ofrece también un completo estado de la cuestión del saber actual y de todos los instrumentos conceptuales para comprender la física, las matemáticas, y las leyes científicas que rigen el Universo. "Todo lo que hay que saber sobre el funcionamiento del espacio y el tiempo, la gravitación universal, la cosmología moderna, los últimos descubrimientos en termodinámica, la antimateria, los agujeros negros, el big bang y la formación del Universo".
Decidí escribir una obra de divulgación sobre el espacio y el tiempo después de impartir en Harvard las conferencias Loeb de 1982. Ya existía una considerable bibliografía acerca del universo primitivo y de los agujeros negros, en la que figuraban desde libros muy buenos, como el de Steven Weinberg, Los Tres Primeros Minutos Del Universo , hasta otros muy malos, que no nombraré. Sin embargo, sentía que ninguno de ellos se dirigía realmente a las cuestiones que me habían llevado a investigar en cosmología y en la teoría cuántica: ¿de dónde viene el universo? ¿Cómo y por qué empezó? ¿Tendrá un final, y, en caso afirmativo, cómo será? Estas son cuestiones de interés para todos los hombres. Pero la ciencia moderna se ha hecho tan técnica que sólo un pequeño número de especialistas son capaces de dominar las matemáticas utilizadas en su descripción. A pesar de ello, las ideas básicas acerca del origen y del destino del universo pueden ser enunciadas sin matemáticas, de tal manera que las personas sin una educación científica las puedan entender. Esto es lo que he intentado hacer en este libro. El lector debe juzgar si lo he conseguido. Alguien me dijo que cada ecuación que incluyera en el libro reduciría las ventas a la mitad. Por consiguiente, decidí no poner ninguna en absoluto. Al final, sin embargo, sí que incluí una ecuación, la famosa ecuación de Einstein, E=mc 2 . Espero que esto no asuste a la mitad de mis potenciales lectores. Aparte de haber sido lo suficientemente desafortunado como para contraer el ALS, o enfermedad de las neuronas motoras, he tenido suerte en casi todos los demás aspectos. La ayuda y apoyo que he recibido de mi esposa, Jane, y de mis hijos, Robert, Lucy y Timmy, me han hecho posible llevar una vida bastante normal y tener éxito en mi carrera. Fui de nuevo afortunado al elegir la física teórica, porque todo está en la mente. Así, mi enfermedad no ha constituido una seria desventaja. Mis colegas científicos han sido, sin excepción, una gran ayuda para mí. En la primera fase «clásica» de mi carrera, mis compañeros y colaboradores principales fueron Roger Penrose, Robert Geroch, Brandon Carter y George Ellis. Les estoy agradecido por la ayuda que me prestaron y por el trabajo que realizamos juntos. Esta fase fue recogida en el libro The Large Scale Structure of Spacetime , que Ellis y yo escribimos en 1973. Desaconsejaría a los lectores de este libro consultar esa obra para una mayor información: es altamente técnica y bastante árida. Espero haber aprendido desde entonces a escribir de una manera más fácil de entender. En la segunda fase «cuántica» de mi trabajo, desde 1974, mis principales colaboradores han sido Gary Gibbons, Don Page y Jim Hartle. Les debo mucho a ellos y a mis estudiantes de investigación, que me han ayudado muchísimo, tanto en el sentido físico como en el sentido teórico de la palabra. El haber tenido que mantener el ritmo de mis estudiantes ha sido un gran estímulo, y ha evitado, así lo espero, que me quedase anclado en la rutina. Para la realización de este libro he recibido gran ayuda de Brian Whitt, uno de mis alumnos. Contraje una neumonía en 1985, después de haber escrito el primer borrador. Se me tuvo que realizar una operación de traqueotomía que me privó de la capacidad de hablar, e hizo casi imposible que pudiera comunicarme. Pensé que sería incapaz de acabarlo. Sin embargo, Brian no sólo me ayudó a revisarlo, sino que también me enseñó a utilizar un programa de comunicaciones llamado Living Center (“centro viviente”), donado por Walt Woltosz, de Words Plus Inc. , en Sunnyvale, California. Con él puedo escribir libros y artículos, y además hablar con la gente por medio de un sintetizador donado por Speech Plus, también de Sunnyvale. El sintetizador y un pequeño ordenador personal fueron instalados en mi silla de ruedas por David Mason. Este sistema le ha dado la vuelta a la situación: de hecho, me puedo comunicar mejor ahora que antes de perder la voz. He recibido múltiples sugerencias sobre cómo mejorar el libro, aportadas por gran cantidad de personas que habían leído versiones preliminares. En particular, de Peter Guzzardi, mi editor en Bantam Books, quien me envió abundantes páginas de comentarios y preguntas acerca de puntos que él creía que no habían sido explicados adecuadamente. Debo admitir que me irrité bastante cuando recibí su extensa lista de cosas que debían ser cambiadas, pero él tenía razón. Estoy seguro de que este libro ha mejorado mucho gracias a que me hizo trabajar sin descanso. Estoy muy agradecido a mis ayudantes, Colin Williams, David Thomas y Raymond Lafiamme; a mis secretarias Judy Fella, Ann Ralph, Cheryl Billington y Sue Masey; y a mi equipo de enfermeras. Nada de esto hubiera sido posible sin la ayuda económica, para mi investigación y los gastos médicos, recibida de Gonville and Caius College, el Science and Engineeering Research Council, y las fundaciones Leverhulme, McArthur, Nufield y Ralph Smith. Mi sincera gratitud a todos ellos.
(99942) Apophis (conocido previamente por su designación provisional 2004 MN4) es un asteroide con una órbita próxima a la de la Tierra. Según los datos de la NASA, Apophis pasará muy cerca de la Tierra en 2029 y 2036, y una pequeña colisión con otro asteroide podría desviarlo hacia nuestro planeta, donde produciría un efecto superior al de 40.000 bombas atómicas.[1]
Para evitar esta catástrofe, la NASA está considerando estudiar físicamente el asteroide. Allí, en el asteroide, con la ayuda de un sofisticado equipo, un astronauta se encargaría de recoger información vital para descubrir cómo desviar o destruir esa gran roca.
El gran problema es que hasta el momento no existe ninguna nave capaz de llevar a un astronauta hasta el asteroide.
Además, destruirlo podría crear una lluvia de asteroides más pequeños que saldrían disparados como misiles sin desviar mucho su ruta. Por tanto, según los científicos, la mejor opción es desviar su trayectoria actual hasta ponerlo en una órbita segura para la Tierra y el propio asteroide.
Contenido
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• 1 Descubrimiento
• 2 Características
• 3 Nombre
• 4 Aproximaciones y peligro de impacto
o 4.1 Observaciones recientes
o 4.2 La falsa corrección
• 5 Referencias
• 6 Enlaces externos
Descubrimiento
Fue descubierto el 19 de junio de 2004 por Roy A. Tucker, David J. Tholen, y Fabrizio Bernardi, desde el Kitt National Peak Observatory, en Arizona (EE. UU.). Sólo pudo ser observado durante dos noches, y no volvió a ser visto hasta que, el 18 de diciembre del mismo año, fue redescubierto por Gordon Garradd desde Australia. En los días que siguieron, otras observaciones desde diversos puntos del planeta permitieron al Minor Planet Center confirmar la conexión entre ambos descubrimientos.
Características
Pertenece al grupo de los asteroides Atón, asteroides con una órbita de semieje mayor menor de una unidad astronómica. En particular, Apophis tiene un periodo orbital de 323 días, y su trayectoria le lleva a atravesar la órbita de la Tierra dos veces en cada vuelta al Sol.
Basándose en su brillo, su longitud se estimó en 415 m; una estimación más refinada basada en observaciones espectroscópicas mediante el Infrared Telescope Facility de la NASA situado en Hawaii, ofreció una medida de 250 m. Su masa ha sido estimada en 2,1 × 1010kg.
Nombre
Inicialmente recibió la designación provisional 2004 MN4. Cuando su órbita pudo ser calculada con suficiente exactitud, recibió el número permanente 99942 (el 24 de junio de 2005), convirtiéndose en el primer asteroide numerado con probabilidades de colisión con la Tierra. El hecho de recibir un número lo hizo candidato a ser bautizado, y poco después recibió el nombre "Apophis" (19 de julio de 2005). Apofis es el nombre griego del antiguo dios egipcio Apep, "el destructor", que habita en la oscuridad eterna del Duat (inframundo) y cada noche intenta destruir el Sol (el dios Ra).
Aunque el Apofis mitológico resulta ser una fuente apropiada, es sabido que Tholen y Tucker (dos de los descubridores) son fans de la serie de televisión Stargate SG-1. En las primeras temporadas de la serie, el principal enemigo de los humanos es un alienígena llamado Apophis, que toma el nombre del dios egipcio, y cuyo principal objetivo es destruir la Tierra.
Aproximaciones y peligro de impacto
Poco después de su descubrimiento, diversos sistemas de cálculo de trayectorias de todo el mundo calcularon la próxima fecha de máxima aproximación, coincidiendo todos ellos en el 13 de abril de 2029. En ese día, Apophis brillará como una estrella de magnitud 3,3 (visible a simple vista). Esta aproximación será visible desde Europa, África y el oeste de Asia.
Seguidamente se calculó también la probabilidad de impacto. Contrariamente a lo habitual, durante los primeros días las nuevas observaciones hicieron aumentar la probabilidad de impacto en lugar de reducirla, llegando hasta un 2,7% (1 entre 37). Esta relativamente alta probabilidad combinada con la medida del asteroide hicieron que Apophis recibiese el nivel 4 en la escala de Turín y 1,10 en la escala de Palermo. Estos valores son los más altos que ningún asteroide haya conseguido jamás.
El 27 de diciembre Apophis fue encontrado en imágenes previas a la fecha de descubrimiento, y el cálculo de su órbita pudo ser afinado, eliminando cualquier posibilidad de colisión para 2029, pero manteniendo un cierto riesgo para 2036.
La Fundación B612 efectuó estimaciones de la ruta que seguiría Apophis si el impacto de 2036 fuese a ocurrir, como parte de una iniciativa que está realizando para desarrollar una estrategia viable para desviar el asteroide con suficiente anticipación.[3] El resultado es un corredor angosto de unos pocos kilómetros de ancho, denominado la trayectoria de riesgo, la cual se ubica en la parte sur de Rusia, cruzaría el Pacífico, pasando a cientos de kilómetros de las costas de California y México, y luego proseguiría entre Nicaragua y Costa Rica, continuando por el Mar Caribe hasta cruzar por las regiones septentrionales de Colombia y Venezuela, finalizando su recorrido en el Atlántico, poco antes de llegar a África.[4] [5] [6]
Observaciones recientes
El 6 de mayo de 2006, cuando el asteroide se encontraba a 42 millones de kilómetros de la Tierra, astrónomos de la NASA volvieron a medir su velocidad mediante el radiotelescopio de Arecibo, Puerto Rico. El resultado fue diferente al esperado en 6 milímetros por segundo. Esta corrección, aunque parezca diminuta, con el tiempo será lo bastante grande como para que la trayectoria del asteroide sea diferente a la calculada inicialmente, reduciendo el peligro de impacto con la Tierra.
Probablemente ésta sea la última oportunidad de obtener buenas medidas de radar de Apophis en varios años, ya que pronto se encontrará demasiado cerca del Sol para poder realizarlas. En 2013 el asteroide volverá a estar en una buena posición para nuevas observaciones.
Sin embargo, probablemente se pueda observar ópticamente Apophis antes de esta fecha. Para el mes de enero de 2007 se esperaba poder determinar su velocidad de rotación. Se trata de una medición importante, ya que si una cara del asteroide recibe una cantidad de radiación solar sustancialmente mayor que la otra, ésta puede ejercer una pequeña fuerza sobre el asteroide, que con el paso de los años puede cambiar su trayectoria.
A fecha de 24 de mayo de 2006, Apophis continuaba en el nivel 1 de la escala de Turín, aunque desde finales de febrero había sido sobrepasado por el asteroide 2004 VD17. Sin embargo, la aproximación de 2029 alterará significativamente su órbita, haciendo que las predicciones posteriores a dicha fecha sean inciertas.
La falsa corrección
El 4 de abril de 2008, comenzó a propagarse por el mundo una falsa noticia: un adolescente alemán de 13 años había corregido a la NASA en las probabilidades de colisión de Apophis con la Tierra y la NASA había pedido disculpas y aceptado su error.
Este bulo fue publicado inicialmente por Bild-Zeitung,[9] y luego fue difundido al resto del mundo por la agencia AFP.[10] Dicha información indicaba que al estudiante de Potsdam, “le ha bastado un telescopio del instituto de Astrofísica de Potsdam (AIP) y hacer unos cálculos para dejar en ridículo a la NASA”
Posteriormente la NASA ha ratificado su cálculo, y niega haber tenido algún contacto con el joven alemán.[11] Donald K. Yeomans le habría informado al blog cosmos4u que no han tenido correspondencia y que la historia es absurda, un bulo, o ambos. Frank Spahn (quien figuraba como respaldo en el hoax) asegura que en enero o febrero había atendido una consulta del niño, pero que nunca se mencionó la idea de una colisión. Y que la siguiente vez que oyó sobre él fue en la publicación de Bild y junto a su nombre. Cuando lo contactó para pedirle una copia del informe, el niño aseguró que un virus había borrado su disco duro y que la única copia la tenía el jurado del concurso (en el que se presentó y ganó).
Órbita de Apophis el 14 de abril de 2029 a su paso con La Tierra
Trayectoria de riesgo donde se estimó que (99942) Apophis podría impactar la Tierra en 2036.
En el ser humano esta constituida por las vertebras, que son 33 ó 34 elementos óseos, discordes que se superponen, distribuidas así: 7 cervicales, 12 dorsales, 5 lumbares, 9 o 10 pélvicas. Las vértebras cervicales, dorsales y lumbares son independientes “libres” las pélvicas se sueldan formando 2 elementos el sacro y el cóccix.
- 7 cervicales (la 1ª llamada Atlas y la 2ª Axis)
- 12 dorsales o torácicas
- 5 lumbares
- 5 sacras (sin articulación entre ellas pues están fundidas y componen el hueso llamado Sacro)
- 4 coccígeas (sin articulación entre ellas pues están fundidas y componen el hueso llamado cóccix - tampoco existe articulación entre el sacro y el cóccix; según teorías evolutivas sería la reminiscencia del rabo o cola correspondiente a otras especies animales)
Si observamos la columna vista de perfil, obtendremos la siguientes curvaturas anatómicas:
- LORDOSIS CERVICAL: curvatura cóncava hacia atrás
- CIFOSIS DORSAL: curvatura convexa hacia atrás
- LORDOSIS LUMBAR: curvatura cóncava hacia atrás
VERTEBRAS LIBRES
Caracteres comunes:
Todas las vértebras tienen:
1.º un cuerpo
2.º un agujero
3.º una apófisis espinosa
4.º dos apófisis transversas
5.º cuatro apófisis articulares
6.º dos laminas
7.º dos pedículos
Plexos Nerviosos
A nivel de las extremidades, las ramas anteriores de los nervios espinales forman unas complejas redes nerviosae, llamadas plexos, en la cual se intercambian fibras nerviosas. De cada uno de estos plexos resultan los troncos nerviosos que se extienden luego periféricamente y que poseen unas fibras nerviosas que derivan de diferentes nervios espinales
Plexo cervical: Las ramas anteriores de los cuatro nervios cervicales C1 a C4 se unen en el plexo cervical, situado en el cuello (*) .Por su parte, la rama anterior del C5 sirve de puente entre el pexo cervical y el plexo braquial. Del plexo cervical derivan los siguientes nervios (*) :
nervio occipital menor
nervio auricular mayor
nervio transverso del cuello,
nervios supraclaviculares
nervio frénico y
las raíces del asa cervical profunda
Los elementos motores de estos nervios y las ramas que de ellos derivan, inervan los músculos del cuello (*). Las raíces sensitivas del plexo cervical pasan por detrás del músculo estenocleidomastoideo a través de los fascia por el punctum nervosum y desde el mismo se extienden en la cabeza, cuello y hombros. El nervio occipital menor se extiende por el occipucio, mientras que el auricular mayor rodea la oreja extendiéndose por la región del proceso mastoideas y de la mandíbula. El nervio transverso del cuello inerva la parte superior del cuello hasta la barbilla, mientras que los nervios supraclaviculares inervan la fosa supraclavicular y la región de los hombros.
El nervio frénico contiene fibras que provienen de los nervios espinales C3 y C4. Cruza el músculo escaleno anterior y entra en la caja torácica por delante de la arteria subclavia. Se extiende por el mediastino, dividiéndose en las ramas pericardíacas que inervan el pericardio (*) . Continua hacia el diafragma donde se ramifica para cubre toda el área diafragmática y la parte superior de los órganos peritoneales
Plexo braquial
Las raíces anteriores de los nervios espinales C5 a C8 y T1 forman el plexo braquial. Se extiende hacia abajo y lateralmente a cada lado desde la cuarta vértebral cervical hasta la primera vértebra torácica (*). Pasa por encima de la primera costilla y por debajo de la clavícula entrando en la axila.
El plexo braquial inerva los hombros y miembros superiores. Del plexo braquial salen cinco nervios importantes (*) :
nervio axilar
nervio musculocutáneo
nervio radial
nervio mediano
nervio cubital
Algunos lo dividen en dos partes: la parte supraclavicular y la parte infraclavicular
Plexo lumbosacro
El plexo lumbosacro está formado por las ramas anteriores de los nervios espinales lumbares y del sacro. Sus ramas aportan la inervación sensorial y motora a los miembros inferiores. Las rams L1-L3 forman el plexo lumbar cuyas raíces se encuentran entre el musculo psoas.
El plexo lumbar origina los siguientes nervios:
nervio obturador
nervio femoral
Por su parte, el plexo sacro da origen a los siguientes nervios: